Para poder materializar nuestra idea de negocio, tendremos que valernos de diversos recursos, para que comience a tener visibilidad y puedan encontrar potenciales inversores que decidan apostar por la empresa. 

En este sentido, una Startup tendrá que pasar por dos fases: primero la de incubación y posteriormente la de aceleración. Es por ello, que al diferenciar las incubadoras y aceleradoras, podremos saber a cuál acudir, según la fase en la que se encuentra nuestro proyecto.

Una INCUBADORA es una empresa que se encarga de buscar futuras startups que posean potencial para salir al mercado. Para ello cuentan con expertos y asesores que trabajan, junto con los CEOs de cada una de estas startups, desarrollando sus proyectos hasta que cogen forma. 

El proceso de incubación está dividido en tres fases:

Pre-incubación: Desarrolla el plan de negocio que va a tener la startup; con ello busca definir claramente cuál es el modelo de negocio, el público al que va destinada la empresa y el plan estratégico de acción.

Incubación: En esta fase se ve la evolución de la empresa gracias al plan de negocio, que se ha diseñado en la fase anterior además de dividir las distintas tareas según los departamentos: producción, marketing, logística, etc.

Post incubación: Se realiza un seguimiento de la evolución del proyecto para poder analizar sus expectativas de crecimiento y expansión a medio y largo plazo.

Las  ACELERADORAS, por su parte, se dedican a acelerar un proyecto que se encuentra en desarrollo. El principal objetivo de esta acción es el de obtener beneficios reales nada más salir la empresa al mercado.

¿Cuál es la mejor opción?

En función de la fase en la que se encuentre tu empresa, será más conveniente apostar por una aceleradora o una incubadora. Asimismo, te animamos a que puedas iniciar con tu idea de negocio y darle un empujón de la mano de estas entidades.

Para conocer más sobre cómo impulsar tus proyectos, no dudes en visitar la página de Orientación en Universia.