Recordemos que la procrastinación es el impulso que nos lleva, de forma persistente, a aplazar la realización de una tarea. Sus consecuencias pueden ser fatales en tu desempeño académico o en el trabajo.
Organiza las tareas pendientes
Haz una lista en un papel y ordénalas por orden de importancia (o urgencia). Después, trata de terminar dos tareas al día.
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Divide las tareas más laboriosas
Si alguna de las cosas que tienes pendientes se te hace un mundo, no dudes en dividirla en pequeñas tareas más fáciles y rápidas de resolver. El objetivo: ¡aumentar la sensación de satisfacción!
Mantén la concentración
Instaura un ritual que te ayude a prepararte antes de pasar a la acción. Este puede ser un minuto de ejercicios de respiración, un té bien caliente, ordenar el escritorio, etc.
Recuerda tus objetivos
Apunta las emociones positivas que crees que sentirías si realizaras la tarea: “me sentiría liberado”, “tendría la conciencia tranquila”, “tendría dinero para mi tiempo libre”, etc.
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