Con la modalidad de educación a distancia tradicional, 53 personas privadas de la libertad, en libertad condicional o en detención domiciliaria de 3 cárceles del país se forman en Administración de Empresas.

Es así que desde hace 3 años se suscribió entre UNIMINUTO y el INPEC el convenio marco de cooperación 162 del 18 de julio de 2016, como resultado, inicialmente se matricularon 15 estudiantes en el Complejo Carcelario y Penitenciario Metropolitano de Bogotá, COMEB, en el Programa de Administración de Empresas.

A la fecha 25 internos en La Picota, 23 del Buen Pastor y 5 de Coiba en Ibagué, le apostaron a una forma de resocialización a través de la educación superior, y por supuesto, conscientes de que, de acuerdo con la ley 65 de 1993 del reglamento penitenciario, al interno que esté estudiando, trabajando o enseñando se le concede rebajas de penas.

“Si uno no hace acá algo, el tiempo “muerto” nos puede volver locos. Por eso, la decisión de estudiar fue fácil, ganas de esforzarme y poder salir pronto de este sitio vale la pena, me mantiene activo y ocupado.” Comenta *Andrés, estudiante de Administración de Empresas en La Picota.

“Yo he encontrado en el estudio una oportunidad muy grande para devolverle a mi familia mis disculpas por los errores que cometí. En la Administración de Empresas encuentro un chance grande de poder crear mi propio negocio, porque cuando salga sé que va a ser difícil que me den la oportunidad, por haber pagado cárcel” dice *María, estudiante del Buen Pastor.

Así mismo, otros estudiantes que comenzaron sus estudios cuando estaban internos, luego de haber recobrado la libertad, han continuado como estudiantes regulares de UNIMINUTO.

“Desde el año 2016 nos propusimos llegar a las cárceles de Colombia, poder entregar educación superior a estos hombres y mujeres que están recluidos por cualquier circunstancia pero que tienen el derecho a resarcir sus vidas” afirma P. Harold Castilla cjm., rector general de UNIMINUTO.

A este Programa de formación universitaria, se suma, en febrero de 2018, un convenio específico de cooperación entre UNIMINUTO y la Parroquia Santa María de la Libertad, cuyo aporte es económico para la matrícula de aquellos estudiantes para quienes aún después de recibir el descuento que les otorga Uniminuto y del apoyo económico que les brinda el Inpec, les resulta difícil pagar lo que les corresponde del valor de la matrícula.

Según el Rector de la Sede Virtual y a Distancia, Álvaro Campo Cabal: “ellos siguen todo el plan de estudios tal como está aprobado por el Ministerio de Educación Nacional, algunos con éxitos muy importantes como el caso de un estudiante de La Picota que ocupó el mejor promedio de la facultad entre dos mil quinientos educandos y fue reconocido en la noche de la excelencia en 2018”.

Durante 2 horas en la mañana y dos horas en la tarde, los estudiantes tienen la posibilidad de recibir los conocimientos en diferentes áreas: Administrativas, Gerenciales, Económicas, Contables y de competencias comunicativas, entre otras, que 10 docentes según sus conocimientos disciplinares, se distribuyen en la semana entre La Picota y El Buen Pastor.

“Trabajamos con total flexibilización del currículo, de los tiempos; a veces toca llevar las actividades en papel por casos en que no hay internet o que los estudiantes no pueden bajar por cuarentena (paperas o varicela), lo que nos obliga a actuar con recursos diferentes y estrategias de formación diferentes, porque los estudiantes no pueden parar”, explican los profesores William Rincón y Yudely Ordóñez, del proyecto de formación con el INPEC.

Este proyecto ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto entre varias entidades y personas (INPEC, UNIMINUTO, Pastoral Penitenciaria Emaús y la Parroquia Santa María de la Libertad), que trabajando de consuno viabilizan que más de 50 personas privadas de la libertad, en libertad condicional o en detención domiciliaria, puedan cursar un programa profesional.