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Universidad de Manizales

"Vigilada Mineducación"

Niños, niñas, adolescentes y jóvenes necesitan compartir en la escuela, así lo concluye investigación de las universidades de Manizales y Autónoma de Chile

Publicado el: 15-04-2021

Los cambios que se han generado en América Latina y el resto del mundo con la propagación del covid-19 en la que algunas formas de interacción social han ido cambiando, como ha sucedido en el caso específico de la educación, en el que millones de niños, niñas y adolescentes llevan un poco más de 12 meses sin ir a la escuela; han generado una serie de cuestionamientos y preguntas frente a la necesidad de que regresen a las aulas.

Niños, niñas, adolescentes y jóvenes necesitan compartir en la escuela, así lo concluye investigación de las universidades de Manizales y Autónoma de Chile Profesor Julián Loaiza de La Pava, profesor e investigador de posgrados del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud de la alianza Cinde – Universidad de Manizales. Foto: U. de Manizales

A propósito de ello el artículo científico: "Explorando el bienestar subjetivo y el sentido de comunidad escolar entre los estudiantes de secundaria a través de la técnica del fotovoz", publicado por la revista Child Indicators Research, de Suiza, en el año 2019 por Julián Andrés Loaiza de la Pava, profesor e investigador de posgrados del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud de la alianza Cinde – Universidad de Manizales, y Denise Oyarzún Gómez, investigadora de la Universidad Autónoma de Chile; ratifica que los estudiantes se sienten bien en la escuela cuando además de aprender establecen vínculos durante la interacción con padres, profesores, compañeros y otros miembros de la comunidad.

"Los resultados del estudio muestran que es muy importante para los educandos darse cuenta que hacen parte de una comunidad, en este caso de la escuela o el colegio; representada en el sentido de pertenencia a un grupo y la identidad que generan con el mismo. También la satisfacción de necesidades y esa conexión emocional que se genera en las instituciones", explicó Loaiza de La Pava.

Las conclusiones de los investigadores latinoamericanos resaltan cuatro aspectos de interés para los escolares:

  1. Ser parte de una comunidad como posibilidad de encuentros afectivos.
  2. La posibilidad de encontrarse en los espacios físicos, principalmente en los abiertos, les genera condiciones de libertad.
  3. Estar cerca físicamente les permite encontrar conexión con otros y otras que tienen ideas comunes y compartidas.
  4. La generación de amistad, en esa idea clásica de encontrar con los otros la posibilidad de placer, y esa opción de expresar sentimientos así no existan vínculos cercanos.


El artículo, deja entre otros, un hallazgo de satisfacción con la escuela dado que genera pertenencia a un círculo social integrado por pares y amigos en la escuela. Otro aspecto está relacionado con dos ámbitos emergentes de satisfacción: las actividades deportivas o recreativas y satisfacción con espacios abiertos de la escuela. "Los vínculos positivos afectivos se dan al compartir con pares y amigos en patio, comedor, kiosco, biblioteca y sala de clases. Estudiantes señalaron que se sentían bien con estas personas en espacios escolares, lo que se expresó en afectos como alegría, tranquilidad, relajo y comodidad", mencionó Loaiza de la Pava.

Proyecto con impacto regional

Este artículo de investigación se logró gracias al trabajo colaborativo de ambas instituciones de educación, en la que se utilizó la información recogida por la investigadora chilena con 170 personas entre los 14 y 18 años de edad, matriculadas en cuatro escuelas de secundaria de su país a través de una técnica que se denomina fotovoz que consistió en la entrega de cámaras a los estudiantes con unas preguntas, para que ellos, hicieran un recorrido por sus instituciones educativas y registraran a través de sus lentes los sentidos subjetivos de bienestar más representativas para ellos. Luego se realizó un análisis de las imágenes con los estudiantes, en el que se identifican esas escenas que encontraron, lo que les permitió a los investigadores generar articulación entre la representación que tienen del mundo que viven y la argumentación que pueden construir frente a los que están encontrando. En un segundo momento esa reflexión con los educandos se trabajó colectivamente, para identificar sentidos compartidos de los estudiantes.

De este modo se identificó que la escuela es un punto de encuentro central en el que la comunidad se reúne para aprender y establecer relaciones interpersonales. Un escenario en el que los estudiantes se sienten seguros si hacen algo, si son parte, si hacen parte de un grupo. "Construir sentido de comunidad como refugio, salir del hastío, aburrimiento y miedo, para involucrarse a hacer entre todos/as. Hacer de la escuela un refugio de un afuera que hoy resulta amenazante es invitar a la comunidad educativa a ser parte de esta nueva etapa. Esta es la oportunidad para hacer de la escuela más que nunca un espacio de encuentro con los otros, donde el desafío será comprender que ese otro soy yo y que juntos sentiremos que no estamos solos, que somos parte de un todo que siempre será mejor que las partes", afirmó Loaiza de La Pava.

Aspectos que son ratificados en la publicación en la que es coautor, y en la que se menciona que los espacios habituales de la escuela o el colegio se convierten en la posibilidad para aumentar el sentido de pertenencia y por ende mejorar la satisfacción con la vida, aspectos que hacen parte del debate nacional, en el que padres de familia, gobernantes, profesores y estudiantes definen el momento oportuno para regresar a las aulas, reconociendo la importancia de la presencialidad pero protegiendo la vida.

Una situación similar está viviendo la mayoría de los países, la misma Unicef, en la publicación "El reencuentro en la vuelta a las clases presenciales: 5 desafíos y 5 propuestas", así lo reconoce cuando plantea la importancia de la escuela en el sentimiento de sentirse parte de la misma.

Estas consideraciones de los investigadores Loaiza de la Pava y Oyarzún Gómez, muestran que, aunque el Ministerio de Educación Nacional, los entes departamentales y municipales, las directivas, profesores, padres de familia, y estudiantes han hecho esfuerzos para continuar con el proceso de educación, existe una necesidad latente de que puedan interactuar de forma presencial cuando la situación global de la pandemia lo permita.

Para conocer más detalles del artículo ingrese al siguiente enlace: https://link.springer.com/article/10.1007/s12187-019-09706-7

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