Según los estándares internacionales y las normas colombianas de lucha contra el lavado de activos y la financiación del terrorismo, este fenómeno se debe administrar con un enfoque basado en riesgo que considere un sistema para identificar, medir, controlar y monitorear los factores de riesgo. El oficial de cumplimiento y las áreas de cumplimiento o riesgo son, por lo general, los responsables de implementar y mantener dichos sistemas de administración de riesgo. Hoy, esta buena práctica institucional se ha extendido no solamente a las operaciones con los clientes sino a los negocios y contratos con las contrapartes. También estas medidas preventivas están dirigidas no solamente a las entidades financieras, sino que pueden ser aplicadas a cualquier tipo de negocio financiero o comercial.