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Tenemos emprendedores creativos hasta para exportar

Publicado, 13-06-2019

En el objetivo de ser una de las tres economías más emprendedoras de América Latina para el 2025, el desarrollo de la llamada economía naranja y las industrias creativas es fundamental. De acuerdo con Ignacio Gaitán, director de iNNpulsa Colombia, el potencial del país en esta materia es tangible, no solo en términos productivos, también en talento humano.

Tenemos emprendedores creativos hasta para exportar
“Los retos existen, pero por suerte para nosotros uno de ellos no es la carencia de recursos culturales ni de emprendedores creativos, de esos tenemos hasta para exportar”, señala Gaitán.

En entrevista con Expeditio, el director de iNNpulsa aclara cuáles son las ventajas de este sector para la economía colombiana y se refiere a las iniciativas en las que se viene trabajando para apoyar proyectos y emprendedores.
Muchos colombianos no entienden aún qué es la economía naranja y cuáles son los beneficios que supone para el país…

Puede parecer un concepto nuevo en el país, pero es una tendencia que lleva ya algunos años afianzándose en naciones como Estados Unidos y Noruega. Economía naranja no es un concepto demasiado complejo; cuando hablamos de ella nos referimos al sector económico compuesto por actividades comerciales que transforman en bienes y servicios la creatividad y el entorno cultural, artístico, patrimonial o tecnológico, y que son susceptibles de ser protegidos por el régimen de propiedad intelectual.

Los beneficios van desde inclusión e integración social hasta la generación de empleos directos e indirectos, que en el país ascienden a más de 700.000. Por ejemplo, si tomamos todos los sectores que la componen, podríamos decir que la economía naranja alcanza hasta el 3 % del PIB, es decir, cerca de tres veces lo que aporta el café; esto evidencia el porqué de la apuesta del Gobierno nacional en esta materia.

En función de esto nos estamos articulando con otras entidades del ecosistema para presentar programas y apoyos cada vez más robustos.


¿Qué tan preparados estamos los colombianos para vincular y reconocer estos nuevos tipos de economía basados en la creación?

Los retos existen, pero por suerte para nosotros uno de ellos no es la carencia de recursos culturales ni de emprendedores creativos, de esos tenemos hasta para exportar. Nuestros retos pasan más por la formalización de esos emprendimientos y proyectos productivos naranja; aunque esto se da en todos los países que cuentan con estas industrias, particularmente en Colombia existe cierta reticencia a constituirse legalmente.

Desde iNNpulsa y otras entidades del Gobierno los estamos invitando a que se formalicen y puedan habilitarse a participar en todos nuestros programas y muchos otros de los sectores público y privado; esto les va a permitir aprovechar los beneficios para la economía naranja que están incluidos en la ley de financiamiento, que los exime del impuesto sobre la renta hasta por siete años.

Desde el Gobierno se delegó al MinCIT para aplicar la política pública de la economía naranja. Como parte de esa cartera, ¿cuáles son las acciones que adelanta iNNpulsa en este aspecto?

Hemos diseñado y ajustado distintos programas enfocados en acelerar y escalar emprendimientos y empresas de las industrias creativas y culturales, porque estamos convencidos de que la economía naranja es un camino real y tangible hacia el desarrollo económico.

Por ejemplo, desde ALDEA, principal programa de emprendimiento de iNNpulsa, existen recursos destinados a ofrecer asesorías a aquellos emprendedores postulantes que pertenezcan a este sector de la economía. En ese programa, a través de la superación de cuatro retos, podrán recibir consultorías especializadas para acelerar sus emprendimientos. Esa es otra anécdota importante, constantemente escuchamos que lo que necesitan los emprendedores es plata; sin embargo, una vez los diagnosticamos y los sentamos frente a un consultor especializado de alto nivel, cambian de opinión y se enfocan en fortalecer otros aspectos vitales, como su modelo de negocios y sus finanzas, y eso los acelera. 

Al otro lado del espectro, enfocado para grandes y medianas empresas, también tenemos programas como MEGAi, dirigido a empresas consolidadas que desean estructurar nuevos proyectos productivos fuera de su core de negocios. En este proceso también participan empresas de sectores naranja que están ampliando sus horizontes, a través de la innovación abierta, generando más empleos y nuevas líneas de negocios que están fortaleciendo a las industrias creativas y culturales del país.

También sabemos que el capital es un tema recurrente en los emprendimientos de estos sectores, y por eso estamos diseñando un portafolio de productos a su medida desde nuestra área iNNpulsa Capital; de igual manera, ya tenemos convocatorias abiertas, como la de Capital en Etapa Temprana, que brinda una opción adicional a los emprendedores para abrirse paso y encontrar nuevos recursos y capital.

Desde iNNpulsa estamos totalmente convencidos de algo: la economía naranja puede convertirse en un camino factible para impulsar el desarrollo económico y el futuro de Colombia.
¿Qué tan avanzada está Colombia en materia de industrias creativas y culturales?

El país está muy bien posicionado en la región; de hecho, y para sorpresa de muchos, Bogotá es la ciudad que recibe más inversión directa dirigida a proyectos relacionados con las industrias creativas y culturales en el continente; los invito a que dejen que esto cale en sus mentes para que perciban lo que significa para Colombia. De este modo entenderán por qué la apuesta es tan elevada.

Un pequeño ejemplo de la importancia de la economía naranja en el país es decir que, nada más en Bogotá, este sector está aportando cerca de 4 billones de pesos al año, impulsado principalmente por la música y las artes escénicas. Es decir, las industrias creativas y culturales no son algo etéreo, están ahí, existen y lo que queremos es articularlas, fortalecerlas y visibilizarlas.
En el plano del emprendimiento cultural, ¿cuáles son los retos que debe enfrentar Colombia?

Los emprendimientos culturales son un tema hermoso y muy importante para nuestro país, sobre todo en esta etapa histórica que estamos atravesando, y en la cual los retos son la identificación y visibilización de estos emprendimientos que se mantuvieron ocultos por mucho tiempo; el objetivo es cerrar brechas de capacidades a través de proyectos que estamos realizando articuladamente en las regiones colombianas, enfocados en la inclusión de estos emprendedores culturales en procesos de transferencia de conocimiento que les permitan crecer y consolidarse.

Un ejemplo de esto son nuestras Emprendetones, unos talleres que estamos llevando a todas las regiones, incluso a aquellas más apartadas. En ellos recibimos entre 150 y 200 personas por sesión, que capacitamos en habilidades blandas y conocimientos necesarios para que puedan lograr que sus ideas despeguen y se fortalezcan.
¿Qué tanto aporta la academia al fortalecimiento de la economía naranja en el país?

Yo vengo de la academia, fue mi casa por muchos años antes de subirme a esta nueva aventura, así que créanme cuando digo que conozco de cerca el rol transformador de la academia. Reconozco que estas instituciones deben ser protagonistas en un papel cooperativo con los esfuerzos del Gobierno nacional; pueden cumplir el rol de articuladores, inspiradores e integradores de los jóvenes emprendedores de estos sectores que se encuentran en sus aulas.

Desde sus inicios, Utadeo les ha apostado a las industrias creativas, al desarrollo de proyectos para este sector y a la formación del talento humano que se necesita, ¿cómo percibe el rol de nuestra Universidad y de sus egresados en el fortalecimiento de la economía naranja?

Me enorgullece mucho, como ciudadano de la academia, cuando veo que instituciones como Utadeo hacen esfuerzos para promover e incentivar el emprendimiento, la innovación y, por supuesto, la economía naranja a través de programas como sus laboratorios de desarrollo social, gestión del diseño y sus charlas académicas y talleres de estudiantes. Pude leer sobre uno de sus conversatorios, CreAcción, y me gustó mucho verlos tan enfocados en sectores creativos y tan alineados con una visión de país que compartimos en el sector público. Este tipo de espacios académicos son esenciales para el desarrollo de las industrias culturales y creativas. Conozco muy de cerca cómo se convierten en la chispa que posteriormente se transformará en emprendedores apasionados y proyectos productivos potentes y transformadores.

“Los retos existen, pero por suerte para nosotros uno de ellos no es la carencia de recursos culturales ni de emprendedores creativos, de esos tenemos hasta para exportar”, señala Gaitán.

En entrevista con Expeditio, el director de iNNpulsa aclara cuáles son las ventajas de este sector para la economía colombiana y se refiere a las iniciativas en las que se viene trabajando para apoyar proyectos y emprendedores.

 

Muchos colombianos no entienden aún qué es la economía naranja y cuáles son los beneficios que supone para el país…

Puede parecer un concepto nuevo en el país, pero es una tendencia que lleva ya algunos años afianzándose en naciones como Estados Unidos y Noruega. Economía naranja no es un concepto demasiado complejo; cuando hablamos de ella nos referimos al sector económico compuesto por actividades comerciales que transforman en bienes y servicios la creatividad y el entorno cultural, artístico, patrimonial o tecnológico, y que son susceptibles de ser protegidos por el régimen de propiedad intelectual.

Los beneficios van desde inclusión e integración social hasta la generación de empleos directos e indirectos, que en el país ascienden a más de 700‌.000. Por ejemplo, si tomamos todos los sectores que la componen, podríamos decir que la economía naranja alcanza hasta el 3[ADC1] % del PIB, es decir, cerca de tres veces lo que aporta el café; esto evidencia el porqué de la apuesta del Gobierno nacional en esta materia.

En función de esto nos estamos articulando con otras entidades del ecosistema para presentar programas y apoyos cada vez más robustos.

¿Qué tan preparados estamos los colombianos para vincular y reconocer estos nuevos tipos de economía basados en la creación?

Los retos existen, pero por suerte para nosotros uno de ellos no es la carencia de recursos culturales ni de emprendedores creativos, de esos tenemos hasta para exportar. Nuestros retos pasan más por la formalización de esos emprendimientos y proyectos productivos naranja; aunque esto se da en todos los países que cuentan con estas industrias, particularmente en Colombia existe cierta reticencia a constituirse legalmente.

Desde iNNpulsa y otras entidades del Gobierno los estamos invitando a que se formalicen y puedan habilitarse a participar en todos nuestros programas y muchos otros de los sectores público y privado; esto les va a permitir aprovechar los beneficios para la economía naranja que están incluidos en la ley de financiamiento, que los exime del impuesto sobre la renta hasta por siete años.

Desde el Gobierno se delegó al MinCIT para aplicar la política pública de la economía naranja. Como parte de esa cartera, ¿cuáles son las acciones que adelanta iNNpulsa en este aspecto?

Hemos diseñado y ajustado distintos programas enfocados en acelerar y escalar emprendimientos y empresas de las industrias creativas y culturales, porque estamos convencidos de que la economía naranja es un camino real y tangible hacia el desarrollo económico.

Por ejemplo, desde ALDEA, principal programa de emprendimiento de iNNpulsa, existen recursos destinados a ofrecer asesorías a aquellos emprendedores postulantes que pertenezcan a este sector de la economía. En ese programa, a través de la superación de cuatro retos, podrán recibir consultorías especializadas para acelerar sus emprendimientos. Esa es otra anécdota importante, constantemente escuchamos que lo que necesitan los emprendedores es plata; sin embargo, una vez los diagnosticamos y los sentamos frente a un consultor especializado de alto nivel, cambian de opinión y se enfocan en fortalecer otros aspectos vitales, como su modelo de negocios y sus finanzas, y eso los acelera.

Al otro lado del espectro, enfocado para grandes y medianas empresas, también tenemos programas como MEGAi, dirigido a empresas consolidadas que desean estructurar nuevos proyectos productivos fuera de su core de negocios. En este proceso también participan empresas de sectores naranja que están ampliando sus horizontes, a través de la innovación abierta, generando más empleos y nuevas líneas de negocios que están fortaleciendo a las industrias creativas y culturales del país.

También sabemos que el capital es un tema recurrente en los emprendimientos de estos sectores, y por eso estamos diseñando un portafolio de productos a su medida desde nuestra área iNNpulsa Capital; de igual manera, ya tenemos convocatorias abiertas, como la de Capital en Etapa Temprana, que brinda una opción adicional a los emprendedores para abrirse paso y encontrar nuevos recursos y capital.

Desde iNNpulsa estamos totalmente convencidos de algo: la economía naranja puede convertirse en un camino factible para impulsar el desarrollo económico y el futuro de Colombia.

 

¿Qué tan avanzada está Colombia en materia de industrias creativas y culturales?

El país está muy bien posicionado en la región; de hecho, y para sorpresa de muchos, Bogotá es la ciudad que recibe más inversión directa dirigida a proyectos relacionados con las industrias creativas y culturales en el continente; los invito a que dejen que esto cale en sus mentes para que perciban lo que significa para Colombia. De este modo entenderán por qué la apuesta es tan elevada.

Un pequeño ejemplo de la importancia de la economía naranja en el país es decir que, nada más en Bogotá, este sector está aportando cerca de 4 billones de pesos al año, impulsado principalmente por la música y las artes escénicas. Es decir, las industrias creativas y culturales no son algo etéreo, están ahí, existen y lo que queremos es articularlas, fortalecerlas y visibilizarlas.

 

En el plano del emprendimiento cultural, ¿cuáles son los retos que debe enfrentar Colombia?

Los emprendimientos culturales son un tema hermoso y muy importante para nuestro país, sobre todo en esta etapa histórica que estamos atravesando, y en la cual los retos son la identificación y visibilización de estos emprendimientos que se mantuvieron ocultos por mucho tiempo; el objetivo es cerrar brechas de capacidades a través de proyectos que estamos realizando articuladamente en las regiones colombianas, enfocados en la inclusión de estos emprendedores culturales en procesos de transferencia de conocimiento que les permitan crecer y consolidarse.

Un ejemplo de esto son nuestras Emprendetones, unos talleres que estamos llevando a todas las regiones, incluso a aquellas más apartadas. En ellos recibimos entre 150 y 200 personas por sesión, que capacitamos en habilidades blandas y conocimientos necesarios para que puedan lograr que sus ideas despeguen y se fortalezcan.

 

¿Qué tanto aporta la academia al fortalecimiento de la economía naranja en el país?

Yo vengo de la academia, fue mi casa por muchos años antes de subirme a esta nueva aventura, así que créanme cuando digo que conozco de cerca el rol transformador de la academia. Reconozco que estas instituciones deben ser protagonistas en un papel cooperativo con los esfuerzos del Gobierno nacional; pueden cumplir el rol de articuladores, inspiradores e integradores de los jóvenes emprendedores de estos sectores que se encuentran en sus aulas.

Desde sus inicios, Utadeo les ha apostado a las industrias creativas, al desarrollo de proyectos para este sector y a la formación del talento humano que se necesita, ¿cómo percibe el rol de nuestra Universidad y de sus egresados en el fortalecimiento de la economía naranja?

Me enorgullece mucho, como ciudadano de la academia, cuando veo que instituciones como Utadeo hacen esfuerzos para promover e incentivar el emprendimiento, la innovación y, por supuesto, la economía naranja a través de programas como sus laboratorios de desarrollo social, gestión del diseño y sus charlas académicas y talleres de estudiantes. Pude leer sobre uno de sus conversatorios, CreAcción, y me gustó mucho verlos tan enfocados en sectores creativos y tan alineados con una visión de país que compartimos en el sector público. Este tipo de espacios académicos son esenciales para el desarrollo de las industrias culturales y creativas. Conozco muy de cerca cómo se convierten en la chispa que posteriormente se transformará en emprendedores apasionados y proyectos productivos potentes y transformadores.

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