A propósito del Día Internacional de la Prevención del Suicidio que se celebra hoy 10 de septiembre, el profesor de la Universidad de Manizales, Jaime Alberto Carmona Parra, explicó que si bien el término suicidio se utiliza para hacer referencia a la forma como una persona se causa su propia muerte de manera deliberada, todo suicidio es una construcción social en la cual la víctima es coautora en un proceso que se gesta en los vínculos con las personas allegadas, como lo son la familia, la pareja, los amigos y compañeros de su entorno, académico, laboral y social. Esto lleva a pensar que la comprensión del suicidio debe hacerse en una perspectiva comunitaria, y también su prevención es un fenómeno en el que debe tenerse en cuenta el contexto y los vínculos.
Según el psicólogo Carmona Parra, el escenario universitario es por excelencia un ambiente que ofrece múltiples factores protectores frente a los comportamientos autodestructivos y contribuye de una manera muy potente a la afirmación de la vida. No obstante, en las universidades, como en el resto de escenarios sociales, existen elementos que pueden operar como factores de riesgo frente a esta problemática.
Entre los factores protectores en el entorno universitario se encuentran los siguientes:
No obstante, las universidades también tienen implícitos riesgos que pudieran, en un momento determinado, favorecer ideas o comportamientos autodestructivos:
Si bien hay algunos factores que pudieran aparecer como asociados a intentos suicidas e ideas autodestructivas, Jaime Alberto Carmona Parra, hace hincapié en que es necesario entender el suicidio como fenómeno multideterminado, es decir, que para explicarlo se requiere el aporte de varias disciplinas. “Cuando hablamos de estos factores relacionados con el mundo académico, no decimos que necesariamente las personas se van a suicidar cuando ocurren, ahora, si un estudiante tiene una predisposición subjetiva, además un contexto familiar conflictivo, y se suma una circunstancia de estas, pues el riesgo se potencia”, expresó.
Todas las formas de exclusión social son un factor de riesgo
“A veces, gestos muy sutiles como una sonrisa irónica, una palabra inadecuada, va generando una dinámica en el aula que favorece ciertas violencias simbólicas. En el mundo universitario no se da como en la escuela a través de empujones y riñas, sino que se producen formas sutiles de exclusión”, afirmó el experto.
La humillación pública, la descalificación y otros gestos de rechazo en el aula, pueden lastimar profundamente a los estudiantes. En ocasiones, los universitarios son excluidos en el propio entorno familiar, cuando la familia o pareja, no ha tenido la posibilidad de acceder a la educación superior, es común que surjan comentarios satíricos e irónicos frente al proceso formativo que ha iniciado el universitario. Frases como: “yo he logrado más sin estudiar”, “estudiar no sirve para nada”, “ojalá tanto sacrificio sirva”, y otras expresiones denigrantes frente a la vida universitaria, pueden convertirse en situaciones problemáticas para el estudiante.
Algunas claridades
Para concluir, el profesor Carmona, sugiere que en este momento en que se empieza a salir del aislamiento causado por la cuarentena, es necesario estar atentos y cuidarse mutuamente, ya que las crisis de distinto orden, generadas por la pandemia, pueden contribuir a un incremento de las tasas de suicidio, como ya se ha visto con cifras concretas en algunos departamentos del país.
La afirmación de la vida, es un compromiso de todos, afirma el investigador.