1. Emplear el método “choque de trenes” para crear un nombre

Uno de los recursos más usados para crear un nombre consiste en colisionar un adjetivo con un sustantivo como “Delipostres” o “TranquiSpa”. El problema con este enfoque es que simplemente es forzado y suena así.

2. Usar clichés

Usar palabras descriptivas y literales puede ser una mala decisión, ya que evitará que las personas presten atención a tu marca. Estos pueden ser geniales si no se usan demasiado hasta el punto de ser triviales como las cafeterías que se llaman  “CAFÉ”. 

3. Hacer que el nombre sea demasiado misterioso

Una estrategia de marketing que resulta ser muy exitosa es establecer una historia que puede usarse para contar el mensaje de la compañía. No obstante, si la referencia es demasiado confusa, el nombre puede terminar siendo un fracaso. 

4. Inventar una palabra

 Si inventas una nueva “palabra” para tu nombre, asegúrate de que suene natural. Cuando mezclamos dos palabras o una bola de letras para formar una palabra no siempre suena bien.

5. El nombre de tu negocio está dirigido a una cosa

Etiquetar a tu empresa en un solo rubro es limitar su capacidad de crecimiento. Lo mejor que puedes hacer es inspirarte en temas amplios. 

Toma en cuenta estos consejos durante el proceso de creación de tu emprendimiento. Recuerda que el nombre de tu empresa se usará más y durará más tiempo que cualquier otra inversión en tu negocio.

Además, si deseas incrementar tus conocimientos, te recomendamos revisar los programa académicos ligados a la carrera de Administración y afines en la página de Orientación en Universia.