En medio de este nuevo “Nuevo Mundo”, el Network Marketing ha emergido como un seductor, pero a la vez intrigante, paradigma en el mundo empresarial. Es una oportunidad gigantesca, pero hay muchas incógnitas por resolver. Las posibilidades no solo de crecimiento, sino de aumento exponencial de las ventas y utilidades son realmente ilimitadas. Cientos de empresas con modelos de distribución “tradicionales” prestan una atenta mirada a su desarrollo y evolución. Los gobiernos e instituciones empresariales de todo el planeta revisan sus leyes y regulaciones para acomodar su crecimiento. Mientras del otro lado de la misma ecuación, ante la reducción de las oportunidades laborales, las reestructuraciones corporativas y el fomento del emprendimiento y el autoempleo, millones de personas cifran sus esperanzas individuales en este nuevo modelo para garantizar su sustento y calidad de vida.

Es un modelo de negocio humanista. Se enfoca esencialmente en el desarrollo y transformación de la conciencia de los empresarios independientes que componen sus fuerzas de ventas y promoción, con el objetivo de potencializarlos y garantizar su éxito, lo cual crea un interés constante por el estudio, la capacitación y el crecimiento personal de todos los involucrados.

En Colombia, es una industria en franco crecimiento. Según ACOVEDI (Asociación Colombiana de Venta Directa), las ventas de la industria ascendieron a 3,5 billones de dólares en 2017. Aproximadamente 400,000 colombianos participan de una forma u otra en la industria

Es una profesión de reciente surgimiento y sobre la que todavía existen dudas y prejuicios. Los distribuidores existentes quieren ser percibidos de una manera respetuosa, ser “socialmente aceptados”. La “validación” de una institución educativa sería altamente apreciada por muchos networkers.