Los entornos construidos, y su unidad fundamental, las edificaciones sean de orden urbano o rural, son considerados bien sea por los insumos requeridos para generarlos, la construcción per se, la operación, el mantenimiento y posterior deconstrucción al final de la vida útil, como generadores de altos impactos ambientales, altos consumos de recursos, generadores de emisiones y si, pueden llegar a ser causales de deterioro de la salud de los usuarios.
La tendencia global, enmarcada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030, se dirige a la reducción y mitigación de impactos en los pilares de la sostenibilidad (Social, Ambiental y Económico) y la consideración de integrar estrategias de sostenibilidad en el sector de construcción y los procesos constructivos.