Hasta ese rincón de la cordillera Cantábrica del país ibérico llegó Manuel Lozano, colombiano egresado del programa de Arqueología de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural de la Universidad Externado.
Allí participó en una temporada de lavado de sedimentos, donde toneladas de material son procesadas, en busca de microfósiles para la reconstrucción paleoambiental y paleoclimática del pasado.

“Lo que hacemos es recuperar evidencia de mamíferos muy pequeños, imposibles de excavar, separar y manipular a simple vista. Eso puede ayudar a determinar las edades aproximadas que tienen los fósiles de homínidos que podrían tener más de 800 mil años”, dijo el experto externadista.

Precisamente la investigación paleontológica de los fósiles de pequeños vertebrados como roedores, aves, anfibios, reptiles y peces, podrían ser claves para reconstruir el paisaje y el clima en el que vivieron los seres humanos que habitaron en las cuevas de esta zona.

Una de esas cuevas ha sido llamada “la cueva fantasma”, recientemente encontrada por los arqueólogos, donde se hallaron restos óseos humanos que podrían pertenecer a una población antecesora de los neandertales.
Lozano explicó que los hallazgos son relevantes porque han permitido conocer la historia de la evolución, el poblamiento de Europa y nuestros propios orígenes en América.

Tan solo en el yacimiento conocido como “La sima de los huesos”, en Atapuerca, se encontraron los restos de 32 individuos depositados en una caída de 20 metros lo que, según el arqueólogo, podría dar pistas sobre los primeros enterramientos o prácticas funerarias de la humanidad.

Aunque esta no es una de las profesiones más comunes en Colombia, Lozano defiende su oficio y asegura que en el país son muchos los retos y posibilidades para quienes se dedican al estudio de las artes, los monumentos y los objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos.

* nota enviada por la Universidad