Según Margarita María Gaviria Herrera, directora del programa de Derecho, haber logrado esta renovación, cuando la primera acreditación (2012) fue por cuatro años, es un indicador de que el compromiso con la calidad educativa es un hecho, entendiendo la calidad como un proceso permanente que implica la necesidad de nuevos procesos.

El mayor puntaje obtenido en la evaluación realizada por los pares fue el factor administrativo y de gestión, que se relaciona con la existencia de una estructura que corresponde a las necesidades del programa en materia de cantidad, capacidad, entre otros. Así mismo, incorpora aspectos asociados a los sistemas de información, su orientación a la calidad y mecanismos efectivos de comunicación.

Por ello, este reconocimiento trae consigo nuevos retos y necesidades de desarrollo; así lo plantea María Teresa Carreño Bustamante, decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas: “el gran reto es lograr la mayor cercanía entre el reconocimiento y lo que nosotros vivimos en la realidad, es decir, que todos los factores que fueron evaluados, sean intensificados para que cada vez estén mejor valorados y seamos ejemplo de coherencia”.

La representante estudiantil, Karen Montoya Henao (estudiante de Derecho), afirma que este es un asunto importante para dicho estamento, ya que formarse en un programa acreditado y en una universidad que tiene el mismo reconocimiento, es la garantía de un proceso educativo de calidad.

Este nuevo logro reunió a profesores, administrativos, directivos y representantes estudiantiles en el Club Manizales el pasado 14 de septiembre para celebrar.