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Emprendedor ayudará a cumplir el sueño de volar

Publicado, 27-11-2013

Camilo Mejía Jaramillo, ingeniero aeronáutico de la Universidad Pontificia Bolivariana, se propone facilitar a las personas la experiencia de volar de forma directa, aunque no tengan licencia de piloto. 

Emprendedor ayudará a cumplir el sueño de volar En 2009, Camilo Mejía realizaba el trabajo de grado de la universidad, e investigaba sobre los ekranoplanos.
Camilo Mejía Jaramillo estudió la primaria y el bachillerato en el Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana, cerca al aeropuerto Olaya Herrera, de Medellín. En el salón de clases se sentaba siempre junto a la ventana para ver los aviones que pasaban, y se maravillaba, se preguntaba ¿cómo algo tan grande podía volar, y él no?. Y es que Camilo soñaba con volar, le gustaban los aviones, ha sido admirador de las cosas grandes o difíciles de explicar y le gustan los retos; esto, sumado a la afinidad con los números y la física, lo llevaron a tomar la decisión de estudiar ingeniería aeronáutica.
 
En 2009, Camilo Mejía realizaba el trabajo de grado de la universidad, e investigaba sobre los ekranoplanos, y allí vio la posibilidad de aplicarlos al contexto colombiano por la cantidad de lugares con servicios náuticos y la riqueza hídrica que tiene el país. “Me decidí a diseñarlos y buscarle un enfoque comercial. Cuando empecé a hacer la práctica le comentaba mucho de mi proyecto a mis jefes o personas del medio y me decían que yo estaba loco, que eso acá no se podía hacer, y entre más me decían que estaba loco y que era imposible, más ganas me daban de demostrar que sí se podía. Y fue un reto y una promesa que le hice a mi jefe en ese momento, que lo pondría a volar en un aerobote, y pronto se la voy a cumplir”, asegura Mejía Jaramillo.
 
“Desde pequeño me ha gustado trabajar y conseguir las cosas por mi cuenta. Mi papá me enseñó que las cosas se ganan, se consiguen con trabajo, entonces desde pequeño había soñado con tener una empresa”. Con esta mentalidad hizo su carrera, y mientras estudiaba e investigaba, vio la oportunidad de que en Colombia y en Latinoamérica el mercado está virgen para la aplicación de aerobotes en el sector recreacional, donde no solamente se puede explotar para venderlo, sino también para una función social de llegar a las personas para que cumplan su sueño de volar.
 
Camilo dio marcha a su emprendimiento: DITA – Diseño y Tecnología Aeronaval, con el objetivo de diseñar, fabricar y comercializar productos y servicios aeronavales de forma personalizada y contra-pedido, para brindar a los  usuarios vivencias únicas, como la experiencia de volar de forma directa, ventajas estratégicas y operacionales como un menor consumo de combustible, y mayor velocidad que una embarcación.
 
Con el propósito de obtener recursos financieros, el joven emprendedor salió a tocar puertas, y en 2011 ganó el concurso Antójate de Antioquia, y con el premio, los ahorros, más la ayuda de su padre, comenzó a fabricar el primer prototipo: el Aerobote Albatros, inspirado en un ave la cual tiene este nombre, su principio de vuelo el efecto suelo, así vuelan éstas y otras aves como el pelícano o la gaviota, y lo que hacen es que el aire que se acumula debajo de sus alas les ayuda a sustentarse y se deslizan sin gastar energía. “Trayendo este principio a la ingeniería podemos hacer que una aeronave vuele bajito, a unos 30 o 50 centímetros sobre la superficie, y eso permite entonces que se genere presión de aire bajo las alas, así deslizarse y generar mayor sustentación que un aeronave común y corriente”, afirma Camilo.
 
Este año, cuando ya no le quedaban recursos para continuar la construcción del aerobote, acudió al Centro de Desarrollo Empresarial de la UPB, y entró a formar parte del programa que adelanta el Parque E para fortalecer el emprendimiento en las instituciones de educación superior, y con esta asesoría, acompañamiento y apoyo financiero, está desarrollando el segundo prototipo de Aerobote, llamado Jerry. Éste aerobote permite dar la sensación de volar porque es muy similar a una moto náutica, tiene cuatro alas que entran al agua, a medida que desarrolla velocidad, se levanta hasta antes de que las alas salgan del agua. De esta forma planea captar la atención de clientes e inversionistas.
 
El acompañamiento de Parque E le ha ayudado a DITA a estandarizar procesos, lograr un enfoque, diseñar la estrategia de mercado, el modelo de negocio y  desarrollar el prototipo del aerobote Jerry; grandes aportes para un emprendimiento que promete alcanzar las alturas cumpliendo sueños de volar.

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