Desde pequeño, a Hernán le gustaba hacer negocios, pues creció con el ejemplo de su madre, una mujer trabajadora quien además de desempeñarse como docente, también incursionó en las ventas. Cuando estaba en el colegio, este joven creó, lo que él llama, una “red de comercialización de chocolates”, que distribuía chocolates blancos y negros rellenos de kiwi, mora y otros sabores, en diferentes colegios con estudiantes que querían tener ingresos, cada uno vendía entre 36 y 40 chocolates diarios.

 

Hernán nació en Barranquilla, y al terminar el bachillerato se trasladó a Medellín, pues encontró en EAFIT la carrera profesional que se ajustaba a su perfil y allí estudió ingeniería de procesos. En los últimos semestres debía hacer un proyecto de investigación, y entre varias opciones había una que era el aprovechamiento de excedentes industriales. “Yo había creado una empresa que se llamaba HR Remodelaciones, para la adecuación de establecimientos donde se producen alimentos y fármacos, los cuales deben tener una asepsia superior, ese era mi proyecto de emprendimiento, y como estaba haciendo paralelamente la investigación, vi que en el proyecto podía hacer su formulación, y éste fue el principio de Ecodek”, afirma Rodríguez.

 

Para ese inicio, Hernán recibió el apoyo de su padre quien le dio dos millones de pesos. “Mi papá me daba consejos sabios que yo no acepté en el momento, por ejemplo que consiguiera un empleo mientras montaba la empresa, pero hay un momento en el que el emprendedor debe decidir si sigue trabajando o renuncia, yo decidí renunciar al trabajo y dedicarme al emprendimiento”.

 

El negocio de los sócalos tenía falencias en el tema administrativo, financiero y contable. “Me hacía falta un modelo de negocio que soportara lo que estaba haciendo y después de cuatro años se empezó a desmoronar hasta que el 2008 se cayó del todo”. En 2009 Hernán buscó apoyo en la unidad de emprendimiento de EAFIT y allí encontró orientación por parte de Jorge Mesa, coordinador de emprendimiento de dicha universidad, y logró consolidar un plan de negocios con el que participó en algunos concursos. Aunque no ganó, conoció unos jurados que tenían su trayectoria en emprendimiento: Andrés Martínez y Felipe Escudero. Ellos le ayudaron a montar un plan de negocios haciéndole ver que su empresa no era de sócalos sino de fabricación de elementos arquitectónicos eco-amigables. Éste concepto amplió la visión de Hernán y supo que éstos asesores eran muy valiosos y los invitó a participar en su emprendimiento. Así comenzó una nueva etapa de Ecodek, con un modelo, un concepto, un plan.

 

Decidieron tocar puertas a inversionistas y al final pudieron escoger con quién trabajar. “Nos abrieron la puerta de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, y con una empresa que nació allá que se llama Sinesco iniciamos un proceso de capitalización del proyecto. Nosotros valoramos las exigencias que nos hicieron y tras su inversión levantamos una planta de fabricación de lavaderos y de sócalos”. Ecodek ha logrado ventas interesantes y participado en convocatorias como la de Innpulsa Colombia donde ganaron recursos por ser reconocidos como emprendimiento dinámico innovador; de otro lado, el Concurso Ventures de la Revista Dinero, donde quedaron segundos a nivel nacional en la categoría innovación. “Esto para nosotros trae mucha satisfacción porque competimos con unos proyectos muy buenos, lo cual nos permite ver que los jurados entendieron nuestra visión y la valoraron”; asegura Rodríguez.

 

Los desafíos de emprender

Para Hernán Rodríguez el mayor desafío que enfrentó fue manejar una empresa solo, pues al no contar con un equipo de trabajo la visión es limitada, entonces vio la necesidad de conformar un buen equipo. Otro desafío era la consecución de recursos, según dice, esto fue un gran aprendizaje.

 

Otros grandes retos vienen cuando la empresa ya está montada, hay un equipo sólido, una empresa inversionista sólida y empezaron a desarrollar productos para venderlos. “Debemos cambiar los paradigmas del mercado, relacionados con los productos reciclados pues piensan que tienen que ser regalados, que son feos, de mala calidad y malas propiedades, entonces estamos demostrando que nuestros productos vienen de un proceso de transformación de materias primas que tienen unas propiedades superiores a las que existen y que hacemos productos con aspecto de mármol, aspectos muy parecidos al quartzone, al granito, de calidad, bonito y grandes cualidades de diseño; y a la vez llevarlos a la conciencia ambiental de hacer algo por la conservación del planeta porque estamos generando residuos contaminantes que degradan nuestro planeta y vemos que lo estamos logrando”.

 

Pero entre todo, el acontecimiento más especial para el emprendedor líder de Ecodek fue cuando se terminó la empresa de sócalos, para él fue muy doloroso y se sintió fracasado como profesional, sin embargo, reconoce que si eso no sucede, Ecodek no hubiera surgido, “eso me ayudó a saber que hay que ser humilde, busqué apoyo porque aprendí que sólo no podía”.

 

De su experiencia, Hernán Rodríguez  le recomienda a los Emprendedores:

- Tengan un equipo de trabajo interdisciplinario.

- Tengan claro qué están buscando cuando quieren inversionistas, porque no se trata sólo de dinero. Es importante que esos socios estén comprometidos.

- Les sugiero que no tomen atajos porque eso los puede llevar a que su emprendimiento nunca salga adelante, por ejemplo, invitar a su proyecto personas que al final de cuentas no van a funcionar.

- Definir bien los roles para que no pase que un miembro del equipo tome decisiones que no le corresponden o deje de hacer lo suyo.

 

“El emprendimiento te permite soñar, y mi principal motivación es cumplir muchos sueños, experimentar la libertad de decidir lo que quiero hacer con mi vida. Además de esas motivaciones personales, me parece que el país requiere que algunas personas tomen un tipo de liderazgo, generen empleo, estabilidad económica a las familias y para mí es muy importante”, dice Rodríguez. En Ecodek, hoy se generan cinco empleos y trabajan para que sean muchos más. Hernán cuento con sus socios Andrés Martínez y Felipe Escudero, y el apoyo del gerente de Sinesco, Federico Mejía, a quien agradece el aporte que ha hecho desde su experiencia.

 

Finalmente, Rodríguez anota que el emprendedor debe ser una persona íntegra en lo espiritual, profesional, personal y familiar. En cada área de esas tiene un sueño, y reconoce que eso requiere sacrificio, desde su punto de vista el emprendimiento es el medio para alcanzarlos. “Yo tengo sueños, y mientras yo tenga la posibilidad de seguir siendo emprendedor, creo que con la bendición de Dios los alcanzaré".