Tradicionalmente el comer como acto social, en torno a los alimentos, ha generado momentos de vínculo emocional y afectivo entre las personas, dejando a su vez recuerdos que alimentan nuestra memoria. En esto, el espacio con su luz y sombras, sus objetos, olores, colores ha sido fundamental como parte de la experiencia.
El contexto actual de distanciamiento social, producto de la pandemia generada por la Covid-19, pone como reto, entre otros muchos escenarios, el cómo diseñar los nuevos espacios para restaurantes a fin de que el comer siga siendo una experiencia para los sentidos y alimento para el alma, garantizando el cumplimiento de las normas, protocolos y condiciones propias para la protección de la salud y la vida en esta nueva realidad.